• hace 3 días
“Rock autogestionado”, dijo el pibe que estaba arriba de un trailer made in casa, con telas negras donde estaba pintado: “Fuera negacionistas”. Iba arrastrado por una Estanciera oxidada de los años '60. Los muchachos la emprendieron con La Renga y todos se pusieron a cantar, sobre todo el vendedor de cubanitos que empezó a saltar haciendo equilibrio con la bandeja. Después, “La Bella Época” cantó algo suyo: ”Pañuelos blancos”. Estaban en Hipólito Irigoyen y la 9 de Julio. En Tacuarí y Rivadavia la murga “La mona suelta” cantaba con ritmo de mambo, “Conan, Conan, nos gobierna Conan”, “queremos ver a Conan”. Había de todo en las calles inundadas por ese clima de libertad y conciencia que se crea en las marchas de los 24 de marzo.

Esto lo pusieron a rodar las Madres y no se puede parar. No es por la convocatoria en sí, sino por el fenómeno que la mayoría de los argentinos pone en movimiento en esta fecha, algunos en la calle, otros en sus trabajos o en sus casas. Es una estampida que tiene su propio sentido, está en el aire, explota y pega con puntería. Los muchachos de la Bella Época hacían bailar al vendedor de cubanitos con La Renga, pero todos sabían que se estaba hablando del gobierno.

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