Jesús Silva-Herzog aborda la reacción de las autoridades ante el caso del crematorio clandestino en Jalisco y destaca que la crisis en el país no puede maquillarse con cifras oficiales.
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00:00El caso de Teochitlán es el reto interno más complejo que está enfrentando en estos
00:14momentos la presidenta Claudia Shemham. Es un caso que ha sacudido la conciencia de todo
00:21el país y que nos confronta con los extremos de la brutalidad, que ya es una costumbre,
00:28que apunta a la indiferencia, a la complicidad de las autoridades de nuestro país. Este
00:35es un caso que pone a prueba las estructuras del Estado y que, francamente, es muy difícil
00:42que pueda brotar de nuestras instituciones una conclusión confiable. Ante tragedias como
00:50estas hay que advertir que es altamente improbable el alcanzar una verdad compartida y el que
00:58se llegue a fincar un precedente ejemplar de justicia. Las dolorosas fotografías que
01:05han salido del rancho de Teochitlán son estampas imborrables de la desolación mexicana, postales
01:14del desamparo de esos jóvenes que están buscando trabajo y lo que encuentran es la
01:19muerte. Son recuerdos del desamparo en México ante la inhumanidad de los criminales y la
01:26indiferencia o la complicidad de nuestros gobiernos. ¿Es razonable esperar un reporte
01:35que nos dé verdad? ¿Podemos creer en la oferta de justicia? Si hacemos el recuento
01:42de lo que han sido estos últimos días, podemos decir que la reacción inicial de la presidenta
01:47de la República, Sheinbaum, siguió el libreto de su tutor, es decir, lamentar los hechos rápidamente
01:55para de inmediato ocupar la posición de víctima. El descubrimiento del rancho Izaguirre, la tensión
02:04que generó muy rápidamente en la opinión pública, estas señales de duelo en tantas plazas del país
02:11fueron ubicados de inmediato como una campaña política que estaba tratando de sacar beneficio
02:20para la oposición. Las verdaderas víctimas de todo esto estaba sugiriendo Claudia Sheinbaum,
02:25somos el presidente López Obrador y yo porque se nos está acusando en redes sociales de ser
02:32cómplices con el narcotráfico. Por fortuna, ese camino que se exploró a finales de la semana
02:41pasada se bloqueó. La presidenta dio un giro para reconocer que el problema de los desaparecidos es
02:48un problema real, es un problema grave y debe tratarse como un asunto de Estado. Y debe esto
02:56enmarcarse en las cifras de la violencia en nuestro país. Si bien es cierto que los homicidios han ido
03:05bajando, las desapariciones suben. Es decir, presumir del descenso de los homicidios sin
03:12hacerse cargo de la tabla de las desapariciones crecientes es seguir engañándonos con los índices
03:22de la violencia criminal en nuestro país. Se han anunciado recientemente varias medidas para tratar
03:30de remediar la política del gobierno anterior que consistía en desaparecer a los desaparecidos,
03:38en alterar las estadísticas para dar la impresión de que el fenómeno estaba cediendo. Pero a pesar
03:47de que hay señales de reconocimiento de que esto es grave, hay que decir que no puede generar confianza
03:55el hecho de que esta investigación quede en manos del fiscal general de la República. A pesar de su
04:01autonomía formal, el fiscal no ha construido en estos años que lleva al frente de la fiscalía,
04:09no ha construido una reputación como un funcionario competente, como un funcionario
04:14políticamente autónomo, dispuesto a enfrentar la maraña de intereses y complicidades que encierra
04:21la tragedia de los desaparecidos. No es, hay que decirlo, no es una buena señal el que el
04:30gobierno no se atreva a solicitar la formación de una comisión independiente para investigar
04:36el caso, que no se forme una fiscalía especial encargada a un profesional competente sin
04:44lealtades partidistas que tenga recursos suficientes para presentarle a la nación
04:50un reporte confiable sobre lo sucedido. El asignar la investigación de este caso que ha
04:57simbrado a México al fiscal Gertz Manero es condena de que este esfuerzo va a terminar en el descrédito.