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Después de cada ducha, Fátima recoge el cabello que se acumula en el desagüe y lo guarda con cuidado. Cuando junta unos cien gramos, los vende clandestinamente a pesar de la prohibición de los dirigentes talibanes de Afganistán.

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00:00Cada hebra de cabello significa para estas mujeres afganas la posibilidad de tener una
00:07mejor calidad de vida o dársela a sus hijos. Por cada 100 gramos, obtienen cerca de 3 dólares,
00:13una cantidad modesta pero que puede resultar crucial en Afganistán,
00:18donde según la ONU, el 85% de la población vive con menos de un dólar diario.
00:24Por eso, luego de la ducha o de peinarse, estas mujeres recogen el cabello caído y
00:29lo acumulan con cuidado para venderlo. Los compradores posiblemente lo exportarán a
00:34Pakistán o China. Para muchas, esto era uno de los últimos recursos para obtener algo de dinero,
00:40después de que los talibanes les prohibieran estudiar en la universidad y les restringieran
00:45el acceso al mercado laboral. Pero ahora los talibanes prohibieron también la compra y
00:50venta de cabello, por lo que deben hacerlo de forma clandestina.
00:53Vender mi cabello era mi esperanza y podía ganarme la vida y obtener algunos ingresos de
01:02ello. Pero ahora que esto también ha sido prohibido, estoy muy decepcionada.
01:10En su ley sobre el vicio y la virtud, los talibanes vedaron el año pasado vender cualquier
01:14parte del cuerpo humano, como los riñones, el hígado, los ojos o el cabello. Para evitarlo,
01:20brigadas del Ministerio de Propagación de la Virtud y de Prevención del Vicio confiscan y
01:25queman las pelucas en circulación. Nada más en enero, casi una tonelada fue calcinada en la provincia
01:31de Kabul. El Departamento de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio de la Ciudad de
01:38Kabul está comprometido en defender los valores islámicos y la dignidad humana y evitará cualquier
01:44acción que perjudique los valores islámicos y la dignidad humana.
01:47Con este pretexto, la prohibición de acceder a los parques, universidades o gimnasios también
01:54ha tocado la puerta de los salones de belleza, que por decreto de las autoridades islamistas
01:58también cerraron. Narges mantiene clandestinamente su negocio de peluquería, pero pasó de atender
02:04cinco o seis clientas diarias en 2021 a apenas cuatro por semana.
02:09En ese entonces no pensábamos en vender el cabello que recogíamos en el salón,
02:15porque el negocio iba bien, no necesitábamos el dinero, pero guardábamos el cabello para
02:20nosotras para hacer extensiones. Ahora la situación se ha vuelto muy difícil y no
02:26se permite que las personas vendan cabello. Con las pequeñas aportaciones de la venta
02:32de su cabello, estas mujeres pueden comprar algo para la casa o ellas mismas. Sin embargo,
02:38la mayoría vive en la desesperación por todas las prohibiciones que se acumulan para
02:42las afganas, que, según la ONU, son víctimas de un apartheid de género.

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