Mientras descansa en su hogar, Cuerdita recibe la visita divina de su esposa, quien le aconseja contarle la verdad a su hija para liberarse de culpas.
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TVTranscripción
00:00No tenga miedo. Estoy feliz que usted y Adrián
00:22están juntos. Pero tiene que decirle la verdad
00:26a Albeiro, sin importar las consecuencias.
00:33Solo así podrá tener paz. Cuida a la niña.
00:56¡Papá! ¡Levántese que ya está listo el almuerzo!
01:23¿Cómo le fue? Gracias.
01:33Ahí ya me mandaron unas cosas para el dolor, que era lo que mamé.
01:37Tenía cárteas acá. Me rasparon, en fin, me hicieron de todo.
01:42¿Le traigo algo? ¿Agua? Tráigame aquello.
02:00Mire. Gracias.
02:07Bueno, ahora que ya estamos más tranquilos,
02:11¿por qué no me termina de contar la historia?
02:14Ay, hombre, Pascual, yo ya he hablado mucho de mí.
02:16Más bien, cuénteme de usted. Pero es que de mí
02:19no hay mucho que hablar. Yo, después de que usted me...
02:24Ah, pues, me volví a trabajar a Medellín,
02:28y yo juré no volver por allá, y ya, aquí estoy.
02:32Me imagino que me terminó odiando, ¿no es cierto?
02:35No, ¿cómo se le ocurre? Usted sabe que yo no soy así.
02:39La venganza es solo enferma el que la planea.
02:41Ave María. Pero yo se habló con Amparo.
02:46Ah, sí, pero a ella no le va a echar la culpa
02:49que ella no dijo nada. Yo solamente saqué conclusiones.
02:53Y lo que veo es que usted lleva toda una vida tratando
02:57de vengar la muerte de Marco Aurelio y luchando
03:00contra ese pobre muchacho que no es ni un buen agente.
03:04Usted no sabe lo que dice, Pascual.
03:08Usted abrió esa puerta, ¿cierto?