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00:00Estos sembradíos de árboles frutales están ubicados en tierras ocupadas irregularmente y
00:08constituyen el frente de batalla en un viejo conflicto en Brasil. El terreno es parte del
00:13campamento 8 de marzo, instalado desde 2012 en Planaltina, a 50 kilómetros de Brasilia,
00:20por el grupo campesino Movimiento Sin Tierra. Señalados como invasores por sus críticos,
00:26los miembros de esta organización, fundada hace 40 años, luchan por una reforma agraria.
00:31La justicia es muy lenta, ¿no? Es muy lenta y tampoco avanza. La cuestión de la reforma agraria
00:40no avanza si no luchamos por la tierra. Hacemos la lucha por la tierra para avanzar,
00:44para empujar la cuestión de la reforma agraria y también para denunciar que son
00:49muchas las tierras improductivas que hay en Brasil, que no están cumpliendo su función
00:53social o que están sirviendo para otros tipos de exploración. Los llamados a la distribución de
01:02tierras no sorprenden en Brasil, donde 61% del territorio agrícola está en manos de 1,4% de
01:09las propiedades de acuerdo con cifras oficiales. Analistas estiman que esta desigualdad es producto
01:16de los latifundios de la era colonial o de los apoyos estatales para los grandes productores
01:21en la segunda mitad del siglo pasado. La cuestión es la correlación de fuerzas,
01:28entonces, ¿cómo está eso hoy? El agronegocio continúa configurándose como un grupo extremadamente
01:34ambicioso, controlando muchos recursos y poder dentro del gobierno. Es la cuestión para nosotros,
01:39en la lucha por la reforma agraria, y exactamente conseguir establecer una correlación de fuerzas
01:45desde el punto de vista popular, que consiga atraer al gobierno junto a nuestras pautas,
01:50a pesar de los intereses del agronegocio. El presidente Luis Inacio Lula da Silva se
01:57convirtió en un aliado del movimiento en sus primeros dos mandatos, cuando financió una de
02:01las mayores olas de nuevos asentamientos agrícolas, con más de 600.000 familias
02:06beneficiadas según cifras oficiales. Pero expertos señalan que los proyectos no
02:12modificaron la mala distribución de la tierra, y esos programas perdieron impulso por falta de
02:17recursos y la influencia del agronegocio, que se vio beneficiado durante el gobierno
02:22del expresidente Jair Bolsonaro. En la actualidad, más de 59 millones de
02:27hectáreas en Brasil, un área mayor a España, están inmersas en conflictos.