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La vitamina D es un valioso aliado de nuestro organismo al desempeñar funciones que favorecen nuestros huesos, nuestro sistema inmunitario y mucho más. 

De hecho, la vitamina D también regula nuestra vida de descanso, influyendo en los patrones de sueño y manteniendo así un buen estado de ánimo. 

Es capaz de estimular el sueño profundo, por lo que si no puedes dormir bien, uno de los factores podría ser una deficiencia de esta vitamina. 

Otros síntomas de la carencia de vitamina D pueden ser dolores óseos y musculares, así como un sistema inmunitario debilitado. 

Otro síntoma particular de la deficiencia de vitamina D podría ser la secreción de la hormona del hambre grelina, que nos hace ingerir más alimentos incluso fuera de las comidas.

Las fuentes de vitamina D incluyen, en primer lugar, la luz solar, que el cuerpo absorbe a través de la exposición de la piel. 

Otras fuentes para cargarse de vitamina D pueden ser los alimentos, eligiendo aquellos que la contienen, como los huevos, el queso, la leche, el pescado (especialmente la caballa y el salmón) y las verduras oscuras de hoja ancha. 

Además, se pueden tomar suplementos de vitamina D bajo prescripción médica si los resultados de los análisis de sangre han revelado una carencia.
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