Referente a la forma de envejecer con éxito, Baltes y Baltes (1990) proponen un modelo de envejecimiento que sugiere la inclusión de indicadores de funcionamiento biológico como la longevidad y la salud biológica; de funcionamiento psicológico como la salud mental y aspectos positivos de la persona tales como la eficacia cognitiva, la competencia social y productividad, el control personal y la satisfacción vital. Estos autores consideran el envejecimiento como un proceso dinámico en el que acontecen ganancias y pérdidas. Desde esta perspectiva, Baltes y Baltes se refieren al envejecimiento exitoso como un balance positivo entre ganancias y pérdidas a medida que las personas se van haciendo mayores, predominando las primeras frente a las segundas. Ésta es una aproximación al concepto de envejecimiento exitoso de entre las muchas que se han aportado a lo largo de estos años (Ouwehand, de Ridder y Bensing, 2007). Fernández-Ballesteros (2009) afirma que, a pesar de no haber consenso entre los autores sobre qué es envejecer con éxito y qué causa determina esta forma de envejecimiento, es preciso señalar tres modelos representativos de esta forma de envejecer como son el modelo de envejecimiento satisfactorio, de envejecimiento activo y un tercer modelo de Selección, Optimización y Compensación (SOC). Para la autora estos modelos pretenden diferenciar entre los indicadores del buen envejecimiento de los determinantes del mismo. El modelo de envejecimiento satisfactorio propuesto por Rowe y Kahn (1997, 1999) se basa en investigaciones longitudinales. El modelo parte de la hipótesis de que el envejecimiento con éxito se identifica con tres dimensiones: una baja probabilidad de enfermar y de discapacidad, un alto funcionamiento cognitivo y físico, y un alto compromiso con la vida.
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Aprendizaje