• hace 9 años
“Una adicción es la pérdida de control o la incapacidad que tiene una persona para frenarse de hacer algo. A la larga, ese algo le trae consecuencias negativas”. Hablando de sexo, el especialista asegura que es muy fácil volverse adicto, pues representa placer y genera una reducción importante de la ansiedad, la cual puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo. “No hay una orientación sexual a la libertad, al placer, al disfrute, sino a evitar embarazos, a que es pecado, etcétera. Mucha gente crece con esa educación y cuando se inicia en el sexo, mezcla su ansiedad con el tabú”. A eso se le suma que la publicidad y los medios de comunicación utilizan cada vez más la sensualidad como gancho para atraer audiencia y que, gracias al Internet, se tiene acceso inmediato a la pornografía. En el libro S = EX² del escritor Pere Estupinyà, se narra el caso de Joe, un adicto que llegó a buscar ayuda luego de gastar todo su dinero en prostitutas y con una lesión en la muñeca de tanto masturbarse. “No es extraño encontrar hombres que se masturban más de diez veces al día. Joe nunca está satisfecho. Termina con una prostituta y a la media hora está buscando sexo de nuevo”, detalla el autor de la obra que aborda, entre otros temas, los factores que desencadenan esta dependencia. Estupinyà consultó al psiquiatra Richard Krueger y a la terapeuta Meg Kaplan, expertos en hipersexualidad de la Universidad de Columbia, quienes aseguran que cualquier deseo no satisfecho puede convertirse en obsesión hasta llegar a ese punto.

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