Científicos del Consejo de Investigación Médica en Inglaterra, han descubierto la excusa perfecta para comer en exceso: el cerebro.
Los investigadores han llegado a la primera prueba neurobiológica de por qué algunas personas parecen incapaces de resistir a los alimentos. La investigación, publicada en el Journal of Neuroscience, no sólo proporciona evidencia de que algunas personas son particularmente susceptibles a las imágenes de comida, si no que además, ayuda a explicar el poder de la publicidad de alimentos. Los investigadores ya sabían que un rasgo de personalidad determinado en grupos de consumidores, están más propensos a comprar productos que estimulen su centro de la recompensa o de experiencias placenteras, en especial la alimentación y se exhibe en varios niveles dependiendo de la persona. Esta diferencia se llama sensibilidad de mayor o menor recompensa.
Los investigadores han llegado a la primera prueba neurobiológica de por qué algunas personas parecen incapaces de resistir a los alimentos. La investigación, publicada en el Journal of Neuroscience, no sólo proporciona evidencia de que algunas personas son particularmente susceptibles a las imágenes de comida, si no que además, ayuda a explicar el poder de la publicidad de alimentos. Los investigadores ya sabían que un rasgo de personalidad determinado en grupos de consumidores, están más propensos a comprar productos que estimulen su centro de la recompensa o de experiencias placenteras, en especial la alimentación y se exhibe en varios niveles dependiendo de la persona. Esta diferencia se llama sensibilidad de mayor o menor recompensa.
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